Julián Mármol a la caza del «Campanu»

Arrancaba el día en el río Lérez (Pontevedra), un techo de nubes presagiaba un día complicado para pescar. El chef Julián Mármol llegaba al borde del río con el fin de pescar el «Campanu» el primer salmón de la temporada en esta zona. Acompañado de su amigo, Virgilio Alonso, consumado pescador asturiano, de Andrés Villa, también pescador y amigo de ambos y del gastrónomo Esteban Capdevila. Otros pescadores como Manuel le acompañaron durante la jornada de pesca.
Un gran caudal, con una crecida de 75 cms., un agua turbia y una climatología imposible impidió a Mármol pescar la preciada presa, la visibilidad nula no lo hizo posible. Julián tenía licencia para el primer día de pesca en este coto.
Nada desanimó al concienzudo chef especializado en cocina japonesa, en todo momento y a pesar de la incesante lluvia se tomó muy en serio la remota posibilidad de dar captura al primer y emblemático salmón de la temporada.
El lance le llevó a intentarlo tanto a cucharilla como a cebo, siempre acompañado de sus amigos que le animaron hasta el último minuto.
El ojo certero del experimentado Virgilio, muy bien conocido en el mundo de la pesca, ya había presagiado a primera hora de la mañana que estábamos ante una misión imposible.
Sus espectaculares cebos creados por él mismo de nada sirvieron ante la turbiedad del agua, los salmones son depredadores voraces que atacan todo aquello que les llama la atención, nos contaría Virgilio. Estos cebos exclusivos, quisquillas pescadas por él y pintadas con llamativos colores son uno de los muchos secretos y experiencias que atesora y que esta mañana puso en práctica.
Julián Mármol puso todo su tesón en el lance, una y otra vez lanzó el sedal, la paciencia es sin duda la ciencia del pescador y a nuestro querido chef no le falta.
Y mientras los demás pescadores que tenían cupo fueron abandonando su lugar en el coto Julián agotó todas las artes acompañado de su inseparable amigo Virgilio.
Al finalizar la jornada empapados por la incesante lluvia tomamos el mismo camino que nuestros amigos los salmones que hoy no han querido dar señal de vida, al final vemos el formidable obstáculo creado por el hombre, la presa, y que supone el gran salto para estos misteriosos animales que cada año hacen la migración con el único objetivo de desovar y fecundar sus huevos en el ultimo tramo del río, llegar hasta aquí les costará la vida a todos ellos, ¡la muerte dará la vida!
Y si el río no quiso dar frutos al mar fuimos a pedirlos, en O Grove Julián se pertrechó con algunas joyas locales como bogavantes y centollas mientras el mar batía sin cesar sus olas furiosas.
Y es que Galicia tiene esa gran fortuna, lo mejor de lo mejor, fresco y a buen precio.
Ya cocidos mostraban su característico color rojizo y su sabor quitaba a los pescadores el sin sabor de la mañana pasada por agua.
Y con hambre y buenos invitados Julián tuvo también que traer buenas piezas de carne, corderos y un impresionante lomo de vaca gallega de Discarlux.
Con sus cuchillos japoneses Julián realizó la perfecta disección de tan preciada carne.
Carne que preparó a la brasa a pesar de la lluvia, siempre con una sonrisa y un poco de calor.
Todo un espectáculo la carne de esta tierra, pura delicia, o como dirían otros pura mantequilla!!!!
Tan especiales carnes y mariscos solo podían ser acompañados de algunas de las joyas que Julián servirá en su Yugo The Búnker, como el Champagne Bruno Paillard.
Y tampoco faltó la excelencia del altiplano de la Ribera del Duero, Bosque de Matasnos 2012 el mejor vino para alcanzar la armonía perfecta con esa carne gallega de primera.
Y así con buenas viandas y buenos vinos se terminó una gran jornada gastronómica con el sello de Julián Mármol.
El chef seguirá preparando sus exclusivos platos con el mejor salmón del mundo en cada temporada, una selección que ya le ha convertido en una referencia de la cocina japonesa en el mundo.
En Yugo The Búnker se puede disfrutar de la carne de los ejemplares más impresionantes de este noble pescado.
Y mientras la lluvia continua alimentando los ríos gallegos, y el salmón intenta llegar al nacimiento de aquellos en los que nació, el chef parte a Madrid deseando enfrentarse de nuevo al esquivo «Campanu».
Los periódicos gallegos contaron la gesta del chef:
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